lunes, 30 de abril de 2012
Hoy no hay clase en los colegios, por eso en el centro de enseñanza Cifras y Letras aprovechan para leer. "Aquí leer no es un castigo desde que dejamos que cada niño o niña elija el suyo" Explican Titi y María, directoras del centro: "Libros hay muchos, y lo que nos parece más importante, cada libro tiene su momento, es muy común que un niño con 9 años lea uno recomendado para 12 años o incluso más, es cuestión de madurez, no hay cosa más ridícula que un niño o niña lea un libro que no entiende, con esto lo único que puede ocurrir es que estemos perdiendo un gran lector. Aquí cada persona elige su libro.
Otro aspecto que nos parece muy importante es ¿por qué leer un libro que empiezas y no te gusta, sigues leyéndolo y te gusta menos aún?. Cuando esto ocurre con algún alumno de Cifras y Letras cambian de libro. Y con eso hemos conseguido que lean lo que les gusta y que estén deseando de llegar y coger su libro sin que nadie les moleste. Esta foto es un buen ejemplo de ello. Alba, disfruta con el diario de Greg; Andrea se decanta por uno de Tea Stilton; Miguel, que es gran lector, ahora está con Molley Moon; Ángel, alucina con los mitos griegos; Andrés elige siempre libros de aventura; "Cuentos judíos" es la gran elección de Mario; y, por último, Mónica prefiere los cuentos clásicos.
Titi está descubriendo Plasencia con "Leyendas y relatos del abuelo Mayorga" de Jesús Vicente Cano Montero y María está releyendo "Mal de escuela" de Daniel Pennac, aunque esta última recomienda, sin dudar "Conversación" de Gonzalo Hidalgo Bayal.
Feliz lectura.
Otro aspecto que nos parece muy importante es ¿por qué leer un libro que empiezas y no te gusta, sigues leyéndolo y te gusta menos aún?. Cuando esto ocurre con algún alumno de Cifras y Letras cambian de libro. Y con eso hemos conseguido que lean lo que les gusta y que estén deseando de llegar y coger su libro sin que nadie les moleste. Esta foto es un buen ejemplo de ello. Alba, disfruta con el diario de Greg; Andrea se decanta por uno de Tea Stilton; Miguel, que es gran lector, ahora está con Molley Moon; Ángel, alucina con los mitos griegos; Andrés elige siempre libros de aventura; "Cuentos judíos" es la gran elección de Mario; y, por último, Mónica prefiere los cuentos clásicos.
Titi está descubriendo Plasencia con "Leyendas y relatos del abuelo Mayorga" de Jesús Vicente Cano Montero y María está releyendo "Mal de escuela" de Daniel Pennac, aunque esta última recomienda, sin dudar "Conversación" de Gonzalo Hidalgo Bayal.
Feliz lectura.
miércoles, 11 de abril de 2012
Fotografía: Eduardo Moreno |
El taller de lectura, como a ellas (el grupo de las seis es femenino) les gusta llamarse nació hace ocho años por petición de una de ellas. Planifican las lecturas y luego las comentan.
En nuestra visita toca el libro de Javier Marías, Corazón tan blanco, Alfaguara. “No es el mejor que hemos leído -comentan-, es duro de leer, comienza de modo brusco y da saltos en la lectura de manera que a veces que volver hacia atrás. La parte final es menos retórica y se lee mejor” (permítame el lector este resumen entrecomillado de muchas opiniones). Cada inicio de curso les proponen una lista de libros y de ellos eligen. Los libros vienen de otras bibliotecas y sean duros o no se leen. Es un aprendizaje -sostienen.
Piensan que el Taller es recomendable para todo el mundo. Suelen leer dos libros al mes y ser juntan todos los miércoles en la Biblioteca Municipal. Un grupo a las 18 horas y el otro a las 20.
Piensan que el Taller es recomendable para todo el mundo. Suelen leer dos libros al mes y ser juntan todos los miércoles en la Biblioteca Municipal. Un grupo a las 18 horas y el otro a las 20.
Opinan que antes los hombres leían más pero que las mujeres ganan ahora por mérito propio. Creen que se lee más ahora que antes y que sobre todo funciona el boca a boca cuando alguien descubre que un libro es bueno.
Texto: Julio Pérez
lunes, 9 de abril de 2012
Fotografía: Eduardo Moreno |
El Colegio Público Alfonso VIII ha puesto en marcha este curso un proyecto llamado EncaminArte que pretende reunir en torno a la creación artística a profesores, padres, personal no docente y, por supuesto, alumnos, a todos ellos, desde los más grandes hasta los más pequeños, los de tres años, que se preparan ya para poner su artístico granito de arena.
Lo hacen de la mano de La Bruja Colorea, escrito e ilustrado por Ester Madroñero, un libro que, página tras página, a través de simpáticos versos, los acerca al mágico mundo de los colores y les enseña cómo se cocinan el verde, el naranja o el violeta, qué colores son primarios, cuáles secundarios, cuáles fríos, cuáles calientes o para qué sirven el blanco y el negro.
Hoy juegan a fabricar el color verde. Siguiendo las instrucciones de la Bruja y de su profesora, Leticia, pliegan por la mitad un folio en blanco manchado de témpera amarilla y azul y lo frotan con energía, para mezclar bien los colores, hasta desplegar, por fin, sugerentes simetrías en las que adivinan verdes mariposas, nubes verdes, insectos, pájaros y hojas, todos ellos verdes.
Cuando terminan, la profesora tiende a secar, uno por uno, los dibujos de una cuerda y, antes de marcharnos, los niños se reúnen en asamblea al fondo de la clase y se despiden de nosotros agitando, entusiasmados, ejemplares de La Bruja Colorea.
Texto: Juan Ramón Santos
Lo hacen de la mano de La Bruja Colorea, escrito e ilustrado por Ester Madroñero, un libro que, página tras página, a través de simpáticos versos, los acerca al mágico mundo de los colores y les enseña cómo se cocinan el verde, el naranja o el violeta, qué colores son primarios, cuáles secundarios, cuáles fríos, cuáles calientes o para qué sirven el blanco y el negro.
Hoy juegan a fabricar el color verde. Siguiendo las instrucciones de la Bruja y de su profesora, Leticia, pliegan por la mitad un folio en blanco manchado de témpera amarilla y azul y lo frotan con energía, para mezclar bien los colores, hasta desplegar, por fin, sugerentes simetrías en las que adivinan verdes mariposas, nubes verdes, insectos, pájaros y hojas, todos ellos verdes.
Cuando terminan, la profesora tiende a secar, uno por uno, los dibujos de una cuerda y, antes de marcharnos, los niños se reúnen en asamblea al fondo de la clase y se despiden de nosotros agitando, entusiasmados, ejemplares de La Bruja Colorea.
Texto: Juan Ramón Santos
lunes, 2 de abril de 2012
Fotografía: José Manuel Chico Morales |
En general me atrae todo aquello que, ya sea en forma de poemario, narrativa o arte plástica, aporte conocimiento. La literatura permite extraer ese tipo de conocimiento sensitivo que más me interesa. Quizás sea en la novela donde mejor encuentre esta relación con el pensamiento, el género que más frecuento, sin duda. Sin embargo, me resultaría difícil tratar un género aislándolo del resto. El diálogo entre géneros, o el diálogo que se establece entre literatura y artes plásticas sigue siendo fundamental, al menos en mi caso.
Desconfío de ese diagnóstico que anuncia la liquidación de la literatura o la filosofía y que llevamos arrastrando desde hace décadas. Es imposible desprender al ser humano de su dimensión lingüística, y mientras haya lenguaje habrá literatura. Seguirá habiendo lectores y alumnos que acudan a la literatura con la misma necesidad con que se ha acudido siempre.
Texto: José Manuel Chico Morales
jueves, 29 de marzo de 2012
Fotografía: Álex Chico |
El libro que leo se llama Paseos con mi madre. Su autor es Javier Pérez Andújar y ha sido publicado recientemente por Tusquets. Es un libro estéticamente hermoso, un libro híbrido, entre la biografía, la novela y la poesía. Pérez Andújar maneja la palabra con un cuidado exquisito, como un auténtico orfebre intentando dar forma a su memoria. Nos habla de la periferia de Barcelona, pero si algo tienen las periferias es que son intercambiables, dinámicas. Se ha convertido en el autor del margen, del extrarradio universal, y su talento narrativo ha venido, como suele decirse, para quedarse.
No tengo un tipo de lectura habitual, y si la tengo varía según la época en que me encuentre. Comencé leyendo mucha poesía y más adelante sólo me interesaba el teatro. Después, la narrativa. Y después los ensayos, los epistolarios, las biografías, los diarios. Ahora creo que no podría elegir un género. La literatura, o el modo que tengo de concebirla, está hecha de todos esos géneros a la vez. Como un gran libro de notas, de apuntes, en donde el escritor echa mano de lo que mejor domina y no se agota en una forma de decir determinada.
Que se lea más en este momento es evidente. Por mucho que las estadísticas digan lo contrario. Puede que haya cambiado el soporte de lectura, que la recepción sea ahora otra, pero indudablemente leemos más. Quizás, el desconcierto venga por culpa de lo siguiente: se publican más libros, pero no ha aumentado significativamente el número de lectores. Y ya sabemos lo que suele comentarse: si cada poeta, o presunto poeta, comprara al año un par de libros de poesía, muchas editoriales no acabarían cerrándose.
Texto: Álex Chico
No tengo un tipo de lectura habitual, y si la tengo varía según la época en que me encuentre. Comencé leyendo mucha poesía y más adelante sólo me interesaba el teatro. Después, la narrativa. Y después los ensayos, los epistolarios, las biografías, los diarios. Ahora creo que no podría elegir un género. La literatura, o el modo que tengo de concebirla, está hecha de todos esos géneros a la vez. Como un gran libro de notas, de apuntes, en donde el escritor echa mano de lo que mejor domina y no se agota en una forma de decir determinada.
Que se lea más en este momento es evidente. Por mucho que las estadísticas digan lo contrario. Puede que haya cambiado el soporte de lectura, que la recepción sea ahora otra, pero indudablemente leemos más. Quizás, el desconcierto venga por culpa de lo siguiente: se publican más libros, pero no ha aumentado significativamente el número de lectores. Y ya sabemos lo que suele comentarse: si cada poeta, o presunto poeta, comprara al año un par de libros de poesía, muchas editoriales no acabarían cerrándose.
Texto: Álex Chico
Fotografía: Pilar Porras |
No duda; Víctor Peña quiere mostrarnos los dos: El de su amigo Víctor Martín, Cómo hemos llegado a esto y el libro de Alberto Tesán, Piedras en el Agua. Al final sujeta entre los brazos tres libros.
Demasiado poco últimamente, se queja cuando le pregunto si lee mucho. Víctor es lector de ensayo y poesía, sobre todo. Habitualmente lee varios de poesía a la vez que combina con alguna novela.
Demasiado poco últimamente, se queja cuando le pregunto si lee mucho. Víctor es lector de ensayo y poesía, sobre todo. Habitualmente lee varios de poesía a la vez que combina con alguna novela.
La amplia y luminosa habitación se reparte dos estanterías de abundantes que forman parte de la vida real. Lo testifica un dibujo de superhéroes que realizó de niño. Llama mi atención y le pregunto. Están todos los de la época -apostilla mientras sonríe. La mesa es amplía, sostiene un ordenador portátil y los sillones parecen lo suficientemente cómodos para leer de manera relajada.
“Creo que se lee más ahora, aunque no sé si mejor -dice-, antes los lectores eran más fieles y de alguna manera se sentían lectores. Ahora el metro está lleno de gente leyendo pero quizá hay más libros que lectores”. Hablamos sobre los libros electrónicos. “No he probado la lectura electrónica. Yo subrayo, tengo hábito del libro físico”.
Desmentida su fama d'enfant terrible, el autor de Las Afinidades Electivas nos despide. Su sonrisa implanta otras similares en nuestros rostros.
Texto: Julio Pérez
Fotografía: Eduardo Moreno |
Ismael es Conductor en paro, por eso prepara Oposiciones. Recuerda cómo comenzó a leer, aunque piensa que se lee poco, cuado era niño: “Mis padres me compraron libros de pequeño. Primero tebeos y luego Julio Verne y luego a Allan Poe. Lo devoraba. Pienso que ahora con Internet se lee menos. No hay más que ver cómo se escriben los mensajes. A pesar de todo tengo esperanza en el desarrollo de los libros electrónicos. A mi los libros me han enseñado a expresarme y a entender cosas”.
Ismael se considera lector de Novelas, sobre todo policíacas y de ciencia ficción, también lee filosofía y teología.
Texto: Julio Pérez
Fotografía: Pilar Porras |
No salimos al balcón, aunque recuerda con deleite el placer de leer ahí. Nos quedamos en la habitación, cargada de libros y también de juguetes infantiles, y en el sofá que le sirve de acomodo. Mi querido Dostoievski, es el libro que relee, aunque se presenta en Cáceres el dieciséis de marzo, varios días después de este encuentro agradable. Leí el libro en manuscrito -aclara tras la sorpresa inicial- Fran lo presentará en Plasencia en la Feria del Libro -apostilla. Se trata de una novela epistolar. Una mujer escribe cartas al autor Moscovita y a través de ellas desgrana su propia vida. La protagonista es entrañable y la historia es ágil.
El autor de Palabras Menores y de La Biblia Apócrifa de Aracia, es sobre todo lector de novelas, pero también de relatos, poesía o ensayo. “Suelo tener dos o tres libros a la vez, Cuentos Italianos de Italo Calvino, otro de poesía...”
Cuando le pregunto si se lee más ahora que antes no encuentra respuesta evidente. Parece que sí -dice- hay más lectores, pero quizá son de Berstseller. Además internet -que es medio escrito y leído- probablemente hace que se lea más, pero se lee de otra manera, menos continuo, más a salto.
Nos despedimos en la pequeña plaza a la que hemos llegado sin transición desde la puerta de su casa. Hace un marzo caluroso y la sombra nos mantiene en agradable conversación hasta que los respectivos quehaceres nos reclaman.
Texto: Julio Pérez
El autor de Palabras Menores y de La Biblia Apócrifa de Aracia, es sobre todo lector de novelas, pero también de relatos, poesía o ensayo. “Suelo tener dos o tres libros a la vez, Cuentos Italianos de Italo Calvino, otro de poesía...”
Cuando le pregunto si se lee más ahora que antes no encuentra respuesta evidente. Parece que sí -dice- hay más lectores, pero quizá son de Berstseller. Además internet -que es medio escrito y leído- probablemente hace que se lea más, pero se lee de otra manera, menos continuo, más a salto.
Nos despedimos en la pequeña plaza a la que hemos llegado sin transición desde la puerta de su casa. Hace un marzo caluroso y la sombra nos mantiene en agradable conversación hasta que los respectivos quehaceres nos reclaman.
Texto: Julio Pérez
Fotografía: Sebastián Redero |
1.- ¿Qué libro estás leyendo? Hoy he terminado La nieta del señor Linh de Philippe Claudel, ed. Salamandra. Comienzo "El violín negro" de Maxence Fermine, publicado en Anagrama.
2.-¿Qué te ha parecido el libro? Una pequeña delicia que logró emocionarme en muchos momentos. Es una historia construida a base de sentimientos: soledad, tristeza, nostalgia, amistad, miedo, esperanza,... y de recuerdos: como aquel saquito de tierra del país que tuvo que abandonar y de aquella canción que las mujeres de su tierra han cantado siempre a sus hijos:”La mañana siempre vuelve, siempre vuelve con su luz, siempre hay un nuevo día, y un día serás madre tú.
3.- ¿Qué sueles leer habitualmente y qué te gusta más leer? La narrativa. Siempre he sido bastante soñadora y en los libros, desde niña, encontré una manera de realizar sueños y de vivir más vidas dentro de la mía. 4.- ¿Piensas que se lee ahora más o menos que antes? Creo que cada vez se lee más. Antes la cultura llegaba a unos pocos. Hoy la educación se ha extendido a toda la población. Y la lectura, aunque no sea afición de la mayoría, sigue aumentando. Es mi opinión, quizás equivocada.
Entrevista: Sebastián Redero
2.-¿Qué te ha parecido el libro? Una pequeña delicia que logró emocionarme en muchos momentos. Es una historia construida a base de sentimientos: soledad, tristeza, nostalgia, amistad, miedo, esperanza,... y de recuerdos: como aquel saquito de tierra del país que tuvo que abandonar y de aquella canción que las mujeres de su tierra han cantado siempre a sus hijos:”La mañana siempre vuelve, siempre vuelve con su luz, siempre hay un nuevo día, y un día serás madre tú.
3.- ¿Qué sueles leer habitualmente y qué te gusta más leer? La narrativa. Siempre he sido bastante soñadora y en los libros, desde niña, encontré una manera de realizar sueños y de vivir más vidas dentro de la mía. 4.- ¿Piensas que se lee ahora más o menos que antes? Creo que cada vez se lee más. Antes la cultura llegaba a unos pocos. Hoy la educación se ha extendido a toda la población. Y la lectura, aunque no sea afición de la mayoría, sigue aumentando. Es mi opinión, quizás equivocada.
Entrevista: Sebastián Redero
Fotografía: Eduardo Moreno |
Hoy se reúnen por primera vez este curso, para hablar del primero de los libros, España ante sus fantasmas, de Giles Tremlett, corresponsal del prestigioso diario británico The Guardian en España. El grupo, muy equilibrado, está integrado por diez personas, cinco hombres y cinco mujeres, cinco alumnos y cinco profesores, y cuenta, además, con dos extranjeros que aportan al debate la distancia crítica suficiente para hablar de un libro que trata, precisamente, de la visión de España desde la perspectiva de un inglés. El libro es muy ameno, nos dicen. Trata los temas más diversos, desde la transición al boom inmobiliario, pasando por el flamenco, la familia, la corrupción, el Valle de los Caídos o el hecho diferencial catalán.
Nada más comenzar la sesión, una alumna saca vasos de plástico, azucarillos y dos termos y los participantes se van sirviendo el té a medida que brotan las primeras opiniones: que a los españoles nos interesa la visión que tienen de nosotros desde fuera, que la lectura es fluida, que el escritor es un buen periodista, que está bien documentado. Una de las participantes dice que se siente identificada con la visión que Giles Tremlett tiene de las cosas. Otra, sin embargo, considera que el tratamiento del dolor en el flamenco tiene algo de excesivo. Un tercero tiene la sensación de que en algunos capítulos hay una cierta exageración. Un cuarto aclara que es un libro escrito para lectores ingleses. Nosotros asistimos en silencio al sosegado diálogo, tomamos notas. Luego nos marchamos casi sin despedirnos, para no interrumpir, dejándoles para que apuren el té y la lectura.
Texto: Juan Ramón Santos
Fotografía: Pilar Porras |
Fernando Pizarro recupera de la estantería el libro de Sánchez Adalid, El alma de la ciudad. Es de hecho uno de los libros que se utilizan en asuntos de Representación Institucional de Plasencia. Es un libro muy bueno -dice-, premiado, de gran nivel literario, y además trata de la Fundación de Plasencia. Es un libro cercano a los placentinos.
El Alcalde de Plasencia, reconoce, sin embargo, que ahora tiene menos tiempo para leer. Aprovecha las noches y los fines de semana para ponerse al día en las lecturas Institucionales -imprescincibles al cargo- y en las de Ocio. “Suelo leer novela histórica, y sobre todo poesía, sigo mucho a Álvaro Valverde, que es uno de los mejores poetas del momento, me gusta además cuando hace recomendaciones literarias en general o cuando habla en particular de las nuevas generaciones de poetas placentinos”. Además Fernando menciona acto seguido a otros poetas de cabecera: Pérez Walias, Álex Chico...
Estima que ahora se lee más que antes, aunque hace unos años se hablaba de déficit de lectura. Por otro lado Internet favorece la lectura, la comunicación y la difusión de la información. También sobre libros. Fernando piensa que con una buena educación, que es la base de todo, es difícil no sucumbir ante un buen libro, por eso, -dice- soy optimista en cuanto a la lectura se refiere.
Texto: Julio Pérez
El Alcalde de Plasencia, reconoce, sin embargo, que ahora tiene menos tiempo para leer. Aprovecha las noches y los fines de semana para ponerse al día en las lecturas Institucionales -imprescincibles al cargo- y en las de Ocio. “Suelo leer novela histórica, y sobre todo poesía, sigo mucho a Álvaro Valverde, que es uno de los mejores poetas del momento, me gusta además cuando hace recomendaciones literarias en general o cuando habla en particular de las nuevas generaciones de poetas placentinos”. Además Fernando menciona acto seguido a otros poetas de cabecera: Pérez Walias, Álex Chico...
Estima que ahora se lee más que antes, aunque hace unos años se hablaba de déficit de lectura. Por otro lado Internet favorece la lectura, la comunicación y la difusión de la información. También sobre libros. Fernando piensa que con una buena educación, que es la base de todo, es difícil no sucumbir ante un buen libro, por eso, -dice- soy optimista en cuanto a la lectura se refiere.
Texto: Julio Pérez
Fotografía: Pilar Porras |
Gonzalo Hidalgo Bayal nos conduce hasta la habitación de lectura, la de invierno -aclara. La luz invade un espacio cómodo, y aún así, se podría decir que las estanterías apuntalan las paredes. Literatura por países, pero como no dejan de entrar libros es casi imposible mantener el orden. Gonzalo siempre lee varios libros a la vez. Nos muestra la novela póstuma Noche de Enamorados de Félix Romeo, insumiso encarcelado que coincidió en prisión con el autor del crimen narrado. “Le conocí en unos actos que se celebraron en La Central en Madrid -él actuaba de moderador- y luego en Barcelona, yo había leído Amarillo, alguien había comentado que la novela tenía similitud con Campo de Amapolas Blancas. Murió joven, había dirigido La Mandrágora y escribía en El Cultural de ABC”.
Lo que más lee, el autor de Conversación, es novela y ensayo. Dice que actualmente se lee mucho más y que también se venden muchos más libros, aunque estos dos últimos años han sido duros para los libreros. Cuando le pido que elija un libro, nos dice que no podría. Aunque en un caso extremo, “si aquí hay siete mil volúmenes tal vez podría prescindir de seis mil quinientos” Entonces nos relata la historia de cómo Italo Calvino tenía los mismos quinientos libros en las dos casas en qué solía vivir.
Uno siente ganas de quedarse toda la tarde escuchando a Gonzalo Hidalgo, su pasión por los libros y los autores es contagiosa, pero lamentablemente no siempre podemos hacer lo que nos apetece.
Texto: Julio Pérez
Lo que más lee, el autor de Conversación, es novela y ensayo. Dice que actualmente se lee mucho más y que también se venden muchos más libros, aunque estos dos últimos años han sido duros para los libreros. Cuando le pido que elija un libro, nos dice que no podría. Aunque en un caso extremo, “si aquí hay siete mil volúmenes tal vez podría prescindir de seis mil quinientos” Entonces nos relata la historia de cómo Italo Calvino tenía los mismos quinientos libros en las dos casas en qué solía vivir.
Uno siente ganas de quedarse toda la tarde escuchando a Gonzalo Hidalgo, su pasión por los libros y los autores es contagiosa, pero lamentablemente no siempre podemos hacer lo que nos apetece.
Texto: Julio Pérez
Fotografía: Pilar Porras |
La casa de Pablo Cantero, tiene las ventajas y los inconvenientes del Centro. Desde la terraza soleada se contemplan muchos tejados y, en particular, la Catedral de Plasencia. El presidente del Colegio de Terapeutas y Vicepresidente de la Fundación Triángulo nos muestra, al solicitárselo, el libro Educación para la Ciudadanía de la Editorial Akal que recientemente ha sido objeto de polémica. “Nunca ha estado destinado a los colegios -nos dice-, es una reflexión sobre la democracia, el capitalismo y la educación. A pesar de que puede haber cosas matizables es una buena reflexión sobre la situación actual y el futuro”.
Pablo se confiesa lector de novelas si de lectura en la cama se trata. Cuando la opción es lectura diurna, se decanta por el ensayo. Ensayos sobre Derechos Humanos, o bien Sexualidad, ocupan el tiempo lector. Opina que merced a internet se ha cambiado el modo de lectura pero que precisamente por eso se lee más.
Texto: Julio Pérez.
Pablo se confiesa lector de novelas si de lectura en la cama se trata. Cuando la opción es lectura diurna, se decanta por el ensayo. Ensayos sobre Derechos Humanos, o bien Sexualidad, ocupan el tiempo lector. Opina que merced a internet se ha cambiado el modo de lectura pero que precisamente por eso se lee más.
Texto: Julio Pérez.
Fotografía: Eduardo Moreno |
Álvaro Valverde nos cita en la Biblioteca del Colegio Público Alfonso VIII. Es una tarde soleada, algunos niños leen, juegan y usan el ordenador todo en la misma habitación habilitada, no hace mucho, para el Plan Lector del Centro. El autor de Mecánica Terrestre, lee en estos momentos Mano invisible, de Adam Zagajewski, en traducción de Xavier Farré. Álvaro cree que el autor polaco recibirá tarde o temprano el Premio Nobel. Su poesía dice: es deliciosa, en absoluto compleja, y proporciona la rica experiencia de viajar a otros lugares.
Álvaro lee sobre todo poesía y ensayo literario, también es lector de autobiografías y diarios. Considera que la lectura está ahora mejor que nunca. “Cada vez hay más gente que lee -dice- e internet es más lectura”. Aún así hay mucha morralla y sabe que por la crisis se compran menos libros. En mayo presentará en Plasencia su primera antología poética.
Texto: Julio Pérez
Álvaro lee sobre todo poesía y ensayo literario, también es lector de autobiografías y diarios. Considera que la lectura está ahora mejor que nunca. “Cada vez hay más gente que lee -dice- e internet es más lectura”. Aún así hay mucha morralla y sabe que por la crisis se compran menos libros. En mayo presentará en Plasencia su primera antología poética.
Texto: Julio Pérez
Fotografía: Eduardo Moreno |
El Taller Literario comenzó en la Universidad Popular de Plasencia en el año 2001. Por entonces Álvaro Valverde era presidente de la AEEX y Gonzalo Hidalgo aceptó encargarse del Taller Placentino. Cada año los participantes del taller publican una Antología con sus textos en prosa o poesía. Los talleristas de este curso opinan que el Taller es muy enriquecedor y valoran sobre todo las opiniones de Gonzalo. Enseña a quitarte muletillas y vicios -dicen-, además aprendes a leer cosas diferentes y autores que antes ni conocías.
Algunos alumnos opinan que el taller ayuda a expresar sentimientos y a iniciarte en la fantasía y creatividad. Además es un reto: “Algunos vienen el primer día y lo dejan porque pensaban en recibir pautas y sin embargo de entrada ya tienes tarea para la próxima sesión”. En el taller conocemos también a los autores más cercanos a nosotros que, paradójicamente, son los más desconocidos.
Texto: Julio Pérez
Algunos alumnos opinan que el taller ayuda a expresar sentimientos y a iniciarte en la fantasía y creatividad. Además es un reto: “Algunos vienen el primer día y lo dejan porque pensaban en recibir pautas y sin embargo de entrada ya tienes tarea para la próxima sesión”. En el taller conocemos también a los autores más cercanos a nosotros que, paradójicamente, son los más desconocidos.
Texto: Julio Pérez
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